El debate de la vida resulta muchas veces ser difícil y controversial, para quienes están ligados directamente en una situación como ésta. Los casos de transplante de cualquier órgano por ejemplo, implican en las familias mucho compromiso, dolor y claramente angustia. Esta última es la que en situaciones como estas, marca la pauta de una espera que parece cada vez mas agónica, en definitiva la urgencia de adquirir un elemento que le devuelva las opciones de vivir a un ser querido, conlleva a permanecer en un proceso de alerta, que a la vez te hace estar sedado y segado a algo que con ansias esperas, sin importar lo que pase con el resto.
Una situación totalmente distinta se vive desde el otro lado de una historia como esta. La otra parte protagónica de un hecho como es la de un trasplante, la vive la familia de aquel que con perder la vida logra hacer nacer otra en cualquier otro lugar de un país y en ocasiones del mundo. Esa familia en una situación así, solo vive el desconsuelo de haber perdido un ser querido, pero de lo que sí deben estar tranquilos, es que su pariente o ser amado se va dejando una gran lección de vida después de la muerte, dejando en claro que hay veces en que se debe mirar a nuestro alrededor y observar por un segundo aunque sea, lo que allí ocurre, por mas difícil que sea una determinación como lo es la de ser un donante de órganos, siempre hay que tener en cuenta que por una acción como esta, podríamos estar dando esperanza a muchos otros.
El tema en cuestión tiene que ver con un preso, condenado a muerte por un crimen que llevo a cabo y que en la actualidad a poco días de cumplir con su condena, tuvo la idea de entregar su corazón a una niña de 10 años que lucha por su vida, a la espera de un donante como el que ahora apareció, surgiendo de donde al menos cualquier persona menos se lo espera, la cárcel.
Tocar este tema desde un punto de vista noticioso, resulta muchas veces un poco complicado para cualquier medio, sabido es que la prensa se limita por una línea editorial a tocar ciertos temas, que al final de todo resultan siendo manipulados para entregar solo una parte de un hecho noticioso, o bien simplemente se omite parte de la información. Algo que al periodista que debe entregar o redactar el hecho lo pone en una encrucijada, la cual debe resolver en poco tiempo.
